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martes, 13 de mayo de 2014

ALERTA: Gina Parody quiere expulsar a los capellanes del SENA

Según informa el portal TuSiCuentas, el 10 de marzo, la directora del Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, Gina Parody, expidió la resolución 452 de 2014, en la cual adopta una nueva política de bienestar para los aprendices, con la que se expulsa de facto a los capellanes que prestan su servicio en la institución.

En la nueva política se elimina el área de “Consejería y orientación” dirigida por los capellanes, y se reemplaza por un componente de “Equidad e Igualdad de oportunidades”. Pero además, Para que no quede ninguna duda de que los capellanes quedarán inhabilitados para seguir en sus cargos a partir de junio de este año, cuando se venzan sus contratos actuales, la Resolución establece que los líderes de Bienestar “no podrán ejercer ningún otro tipo de actividad, su dedicación debe ser exclusiva para este rol”. Esto significa que el ejercicio del ministerio sacerdotal sería causa de impedimento para que los capellanes puedan ejercer como consejeros u orientadores.

Según denuncia Sindesena (sindicato de la entidad afiliado a la CUT), la nueva resolución “borra de un plumazo la participación de la Iglesia del contexto institucional”, sacrificando la orientación ética y acompañamiento espiritual que aprendices, funcionarios y sus familias reciben de parte de los capellanes, las cuales hacen parte de la formación para el desarrollo humano y la convivencia social que ofrece la entidad.

Es importante recordar que la formación técnica en Colombia inició en 1890 de mano de los padres salesianos, quienes por solicitud que hizo directamente el presidente Rafael Núñez a Don Bosco, fundaron el Colegio León XIII  con el fin de enseñar artes como la carpintería, la zapatería, la sastrería y la herrería; artes que fueron luego complementadas con la imprenta y la fundición de tipos, y posteriormente con los estudios clásicos para fines vocacionales. De ahí que sea precisamente San Juan Bosco el patrono del SENA, y la entidad celebre su fiesta el 31 de enero de cada año.

Posteriormente, durante el V Congreso de la Unión de Trabajadores de Colombia -UTC-, celebrado en Medellín en febrero de 1954, organización en cuya fundación y orientación participaron los sacerdotes jesuitas Vicente Andrade Valderrama y Francisco Javier Mejía, la UTC solicitó al Gobierno Nacional y a la Asociación Nacional de Industriales -ANDI- “que se estudie la posibilidad de hacer en el País un ensayo de escuelas industriales al estilo de las que existen en el Brasil con el nombre de Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial -SENAI-, para que imparta formación profesional a los trabajadores y a sus hijos”.

El 21 de junio de 1957 se expediría el Decreto 118 que creó el Servicio Nacional de Aprendizaje cuya formación tendría por objeto “la preparación técnica del trabajador y la formación de ciudadanos socialmente útiles y responsables, que posean los valores morales y culturales indispensables para el mantenimiento de la paz social, dentro de los principios de la justicia cristiana”.

La participación de la Iglesia católica en la fundación de la entidad se consolidó con la participación del Padre Héctor Jaramillo Duque en la asamblea fundacional de la entidad, quien actuó en representación del Cardenal Crisanto Luque, Arzobispo de Bogotá, como consta en el Acta No. 01 del Consejo Nacional del SENA.

Dicha participación la Iglesia la conserva a través de sus representantes en los Consejos Directivos en el ámbito nacional y regional, designados por la Conferencia Episcopal Colombiana, en cumplimiento de los establecido por el Decreto 2149 de 1992 y por la Ley 119 de 1994, normas expedidas durante la administración del presidente César Gaviria Trujillo.

Paradójicamente, mientras en los pasillos del SENA funcionarios y estudiantes se lamentan por la salida de los capellanes, la única voz que está denunciado este atropello contra la “libertad de cultos” ha sido el Sindicado de la Entidad, la cual ha defendido con vehemencia los aportes de la Iglesia católica en la “política pedagógica como en los diseños curriculares” del SENA, así como en la construcción de ciudadanos de bien.

Por otra parte, fuentes consultadas de la jerarquía episcopal han manifestado su completa tranquilidad sobre este asunto, pues tanto Gina Parody como el Presidente Santos les habrían manifestado su “buena voluntad” al respecto.

Sin embargo, sin una nueva resolución que restablezca el servicio de Consejería y Orientación en la entidad, y que a su vez elimine la inhabilidad para que los capellanes puedan atender otros asuntos propios de su ministerio sacerdotal, es probable que este episodio sea un triunfo para quienes con una comprensión limitada y empobrecedora de la realidad, buscan imponer un ideal de sociedad aséptica a los valores éticos cristianos, a la vez que asumen una cruzada personal para marginar las instituciones religiosas de todos los espacios sociales y públicos que legítimamente ocupan, ya sea por su génesis histórica o por los servicios sociales insustituibles que prestan, como es el caso del SENA.

¿QUÉ OPINAN LAS PERSONAS DEL SENA?

Se realizó una encuesta a un grupo compuesto por estudiantes, profesores y administrativos del SENA en la que se hicieron preguntas relativas a los servicios de las capellanía y su opinión sobre la erradicación del servicio. A las preguntas la gran mayoría de los encuestados respondió que no estaba de acuerdo con la cancelación del servicio de capellanías en el SENA porque reportaba un sin número de beneficios.

Entre las respuestas que dieron los usuarios de las capellanías, cabe destacar algunas.

Una profesora comenta: “En los centros de formación pocas veces se encuentran psicólogos, por lo cual la otra alternativa que encuentran los muchachos es hablar con el capellán para solicitar guía espiritual. Los jóvenes son muy vulnerables a las situaciones de inseguridad, matoneo, y problemas de violencia intrafamiliar. Conozco varios casos en los que los jóvenes han acudido por orientación espiritual y apoyo moral.”

Hubo un grupo de persona que comentó sobre los graves problemas que el servicio de capellanía puede ayudar a solucionar y solicitó que hubiera más presencia de los capellanes. Fue así como una persona del área administrativa comentó: “como no hay espacio de sugerencias, escribo en este espacio. Pienso que el complejo sur abarca muchos grupos de los diferentes centros que allí están y me gustaría un mayor acompañamiento del capellán, pero creo que una sola persona no logra abarcar un radio de acción tan grande, necesita apoyo y pienso que muchos aprendices ni conocen al capellán.”

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